El paisaje es una manera de poder mirar parte de nuestra realidad, desde un punto en el que se aprecia la totalidad y el diálogo entre todos los elementos que conforman nuestro mundo. Generalmente esta totalidad se puede percibir inmensa, sin embargo nuestra percepción puede escalar las dimensiones de esta inmensidad y adaptarla a otras proporciones, como cuando desde una playa se aprecia el basto océano o desde nuestra ventana el colosal paisaje urbano. Cabe mencionar que nuestra manera de mirar no solo puede percibir como paisaje la visión de lo inmenso sino que también puede percibir como paisaje un pequeño jardín o una calle de una pequeña colonia. Conforme avanza nuestra habitual forma de apropiarnos de los espacios naturales, el paisaje se va transformando y convirtiéndose en una especie de híbrido de elementos artificiales y naturales. Esto nos proporciona una amplia gama de posibilidades en la manera de percibir nuestro entorno y el paisaje en sí.